Morgan Freeman, actor de 88 años, sobre la irrupción de la IA en Hollywood: «Estoy un poco enfadado, ¿sabes? No lo hagáis sin mí, me estáis robando»
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El actor Morgan Freeman expresa su preocupación por la proliferación de herramientas de inteligencia artificial que replican su voz sin autorización. A sus 88 años, sigue activo en la industria y defiende su identidad profesional ante este fenómeno.
La figura de Morgan Freeman se ha convertido en un símbolo del cine estadounidense, no solo por su trayectoria, sino también por la inconfundible cadencia de su voz. Sin embargo, esta característica que ha fortalecido su carrera durante décadas enfrenta ahora una amenaza inesperada: la proliferación de herramientas de inteligencia artificial capaces de replicar su voz sin permiso. Esta práctica ha convertido su identidad sonora en un territorio vulnerable y disputado, lo que ha llevado a Freeman a tomar medidas legales para proteger su imagen y su trabajo.
En una reciente conversación con The Guardian, Freeman manifestó su malestar por este fenómeno: “Estoy un poco enfadado, ¿sabes? Soy como cualquier otro actor: no me imitéis con falsedades. Me pagan por hacer estas cosas, así que no lo hagáis sin mí, me estáis robando”. Su equipo legal trabaja constantemente para perseguir a quienes utilizan su voz sin autorización, y Freeman admite que los casos se han disparado en los últimos años.
El problema no es nuevo. En junio de 2024, Freeman ya recurrió a sus seguidores para combatir imitaciones generadas por IA, agradeciéndoles públicamente su ayuda. “Gracias a mis increíbles fans por su vigilancia y apoyo para denunciar el uso no autorizado de una voz de IA que me imita”, escribió en ese momento.
Las preocupaciones de Freeman llegan en un momento convulso para Hollywood. Disney ha anunciado que permitirá crear contenido mediante IA desde su plataforma, y la polémica en torno a Tilly Norwood, una intérprete completamente generada por inteligencia artificial, ha provocado un choque frontal con el sindicato SAG-AFTRA. Su presidente, Sean Astin, ha expresado que “Tilly Norwood no es una actriz, sino un personaje generado por un programa informático entrenado con el trabajo de innumerables intérpretes profesionales, sin permiso ni compensación, lo que roba trabajos y pone en riesgo el sustento de los actores”.
¿QUIÉN DIJO QUE LA IA NO PODÍA ROBAR MÁS QUE SOLO TRABAJOS?