Bruselas suaviza sus normas sobre IA entre la presión de las grandes tecnológicas

Una campaña contra las grandes tecnológicas estadounidenses y Donald Trump, frente a la sede de la Comisión Europea este miércoles

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Aprobado el paquete Ómnibus Digital por la Comisión Europea, busca simplificar regulaciones tecnológicas. La medida, criticada por Donald Trump y Silicon Valley, retrasa normas sobre IA de alto riesgo, generando preocupación sobre la competitividad europea.

La Comisión Europea ha dado un paso significativo al aprobar el paquete conocido como Ómnibus Digital, con el objetivo de simplificar y flexibilizar las regulaciones tecnológicas que afectan a las empresas en Europa. Este movimiento se produce en un contexto de creciente presión por parte de las grandes compañías tecnológicas de Silicon Valley y del presidente de EE.UU., Donald Trump, quienes han criticado las normativas europeas por considerarlas obstáculos para hacer negocios. La Comisión ha afirmado que el propósito de estas medidas es reforzar la competitividad de las empresas europeas, aunque hay quienes temen que esto facilite la entrada de gigantes tecnológicos estadounidenses en el mercado europeo.
Uno de los aspectos más controvertidos de este nuevo marco digital es el retraso en la implementación de normas más estrictas sobre el uso de la inteligencia artificial (IA) en sectores considerados de alto riesgo. Originalmente, estas normas debían entrar en vigor en agosto de 2026, pero ahora se posponen hasta diciembre de 2027. Entre los ámbitos de alto riesgo se incluyen la identificación biométrica, el tráfico, los servicios públicos, las solicitudes de empleo, los servicios sanitarios y la aplicación de la ley.
Además, los proveedores de sistemas de IA ahora tendrán más tiempo para cumplir con la obligación de marcar sus resultados como contenido generado por inteligencia artificial, lo que busca combatir la desinformación y los deepfakes. Sin embargo, las multas para modelos de IA generativa como ChatGPT de OpenAI y Gemini de Google que no cumplan con los requisitos de transparencia no se han pospuesto.
Según estimaciones de la Comisión, estas nuevas normas podrían resultar en un ahorro de 5.000 millones de euros para las empresas comunitarias hasta 2029, principalmente en áreas de protección de datos y ciberseguridad. La vicepresidenta de la Comisión Europea, Henna Virkkunen, ha defendido que la simplificación no implica una reducción de los estándares de seguridad y privacidad.
A pesar de estas afirmaciones, la izquierda europea ha expresado su rechazo a estas medidas, considerándolas una capitulación ante Trump y las grandes tecnológicas. Expertos advierten que, aunque las empresas europeas puedan mejorar su rendimiento, la brecha de competitividad con EE.UU. podría aumentar, ya que las condiciones para las empresas estadounidenses seguirán siendo más favorables.

¿QUIÉN DICE QUE LA SIMPLIFICACIÓN NO ES UNA DESREGULACIÓN QUE BENEFICIA A LAS GRANDES TECNOLÓGICAS? ¡IRÓNICO, ¿VERDAD?!

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