Los grandes de la IA se están disputando a los neurocientíficos como si fueran estrellas de fútbol

Las empresas de IA buscan neurocientíficos para mejorar sus modelos de lenguaje

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Las empresas tecnológicas están contratando neurocientíficos para optimizar modelos de lenguaje. Este cambio responde a la necesidad de entender mejor el cerebro humano y hacer que la inteligencia artificial sea más eficiente y predecible.

Las empresas de inteligencia artificial (IA) han comenzado a ampliar su búsqueda de talento, dirigiéndose ahora hacia neurocientíficos. Este cambio en la estrategia de contratación se produce en un contexto donde los modelos de lenguaje se han vuelto fundamentales para las tecnológicas. La competencia ya no radica solo en poseer un modelo de lenguaje grande (LLM), sino en hacerlo más eficiente y predecible. Para lograrlo, es esencial comprender mejor los procesos cerebrales que subyacen a la toma de decisiones humanas.

Un caso destacado es el de **Aldo Battista**, quien investigaba en la **Universidad de Nueva York** sobre los procesos de decisión cerebral ante opciones subjetivas. En septiembre, se unió a **Meta** para aplicar su conocimiento en los sistemas de recomendación de contenido en redes sociales. Este tipo de fichajes refleja la creciente importancia de la neurociencia en el desarrollo de la IA.

Las empresas están particularmente interesadas en dos áreas: la eficiencia energética y la interpretación de decisiones complejas. Un cerebro humano puede realizar operaciones con apenas 20 vatios, mientras que los sistemas de IA requieren significativamente más energía para tareas equivalentes. Reducir esta brecha energética se ha convertido en un objetivo crucial, ya que quien logre hacerlo obtendrá una ventaja competitiva inmediata.

El fenómeno de contratar neurocientíficos no es nuevo, pero ha cobrado una nueva urgencia. Gigantes como **Apple**, **Google** y **Neuralink** ya han estado buscando estos perfiles durante años. Sin embargo, la escala y la necesidad actual son diferentes. **Matthew Law**, quien trabaja en **OpenAI** tras su paso por **Stanford**, señala que las empresas de IA están ampliando su enfoque de reclutamiento más allá de los graduados en informática tradicionales, buscando en toda la base científica disponible.

Esta carrera por el talento en neurociencia indica una cierta desesperación en la industria de la IA por encontrar ventajas diferenciales. Si la próxima innovación decisiva se encuentra en los laboratorios de neurociencia, Silicon Valley no dudará en vaciarlos. Los salarios exorbitantes y la financiación prácticamente ilimitada son factores que las universidades tendrán dificultades para contrarrestar.

¿QUIÉN DIJO QUE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL NO PODÍA SER HUMANA?

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