Trump congela su intento de controlar la IA en Estados Unidos a nivel estatal
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La Casa Blanca ha detenido la orden ejecutiva de Donald Trump para regular la inteligencia artificial a nivel federal. La propuesta generó controversia entre los estados y fue criticada por figuras republicanas como Marjorie Taylor Greene, quien defiende el federalismo.
La reciente decisión de la Casa Blanca de paralizar la orden ejecutiva de Donald Trump sobre la regulación de la inteligencia artificial (IA) ha generado un amplio debate en el ámbito político estadounidense. El 19 de noviembre, Trump había propuesto un marco legislativo federal que buscaba evitar la proliferación de leyes estatales sobre la IA, las cuales consideraba un obstáculo para la innovación. En su mensaje, el presidente describió estas regulaciones estatales como «regímenes regulatorios estatales» que frenaban el avance tecnológico crucial en la competencia con China.
El 20 de noviembre, medios como The Verge y Reuters informaron sobre la filtración de un borrador de la orden ejecutiva, que contenía propuestas controvertidas. Este documento abogaba por la libertad operativa para las empresas de IA en EE. UU., argumentando que las más de 1.000 leyes estatales en proceso amenazaban con «socavar esta cultura innovadora». Además, la orden contemplaba la creación de un Grupo de Trabajo sobre Litigios de IA, liderado por el Fiscal General Pam Bondi, para impugnar las leyes estatales ya aprobadas o en discusión.
La reacción a esta propuesta fue variada, incluso dentro del Partido Republicano. Personalidades como Marjorie Taylor Greene, una figura prominente del trumpismo, expresaron su oposición a la idea de un control federal sobre la IA. Greene argumentó que los estados deben conservar su derecho a regular la IA y otros asuntos que beneficien a sus comunidades, defendiendo así el principio del federalismo. Su postura refleja una creciente preocupación entre algunos republicanos sobre la centralización del poder en el gobierno federal.
La presión de grandes empresas de IA, como **OpenAI** y **Google**, también jugó un papel crucial en la discusión, ya que estas compañías abogaron por un enfoque más flexible que les permitiera innovar sin las restricciones de regulaciones estatales. La controversia en torno a la regulación de la IA pone de manifiesto las tensiones entre la innovación tecnológica y la necesidad de una supervisión adecuada.
La Casa Blanca, al detener la orden ejecutiva, ha dejado en el aire la cuestión de cómo se regulará la IA en el futuro, lo que podría tener implicaciones significativas para el desarrollo tecnológico en EE. UU. y su posición en la carrera global por la inteligencia artificial.
¿QUIÉN DIJO QUE LA INNOVACIÓN NO PUEDE SER UN CAOS REGULATORIO?