El multimillonario fundador de Alibaba, Jack Ma
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A partir de noviembre de 2025, Alibaba lanza su herramienta de inteligencia artificial, Qwen, superando los diez millones de descargas rápidamente. Esta estrategia busca competir con gigantes tecnológicos estadounidenses en un mercado global vigilado por la administración de Donald Trump.
La estrategia global de Alibaba ha dado un giro inesperado con el lanzamiento de su herramienta de inteligencia artificial, Qwen, en noviembre de 2025. Este movimiento marca un hito en la historia reciente de la compañía, que hasta ahora era conocida principalmente por su dominio en el comercio electrónico y servicios en la nube. La nueva estrategia busca conquistar directamente al consumidor final, compitiendo con las grandes tecnológicas estadounidenses en un momento en que la administración de Donald Trump observa con atención cada avance tecnológico proveniente de Pekín.
La arquitectura técnica de Qwen es robusta, alimentándose de la extensa familia de modelos de código abierto de Alibaba Cloud, lo que le otorga una versatilidad muy apreciada tanto por programadores como por usuarios comunes. Este enfoque de código abierto permite una evolución colaborativa que, a largo plazo, suele ofrecer un rendimiento superior al de los sistemas cerrados.
Las cifras de adopción de Qwen han sorprendido a la industria, superando los diez millones de descargas en un tiempo récord. Este dato es significativo, ya que Qwen ha alcanzado esta cifra más rápido que competidores establecidos como ChatGPT y DeepSeek, lo que refleja el deseo del mercado por alternativas robustas. Sin embargo, este crecimiento vertiginoso también ha generado preocupación entre líderes de la industria, como el presidente de OpenAI, quien advierte sobre la posibilidad de una burbuja que eventualmente deberá ajustarse.
La filosofía detrás de Qwen se centra en la utilidad inmediata, buscando convertir complejos modelos de inteligencia artificial en aplicaciones prácticas que resuelvan problemas cotidianos. Este enfoque pragmático contrasta con la obsesión por la inteligencia general artificial (AGI), un término que ejecutivos como Marc Benioff consideran peligroso. La capacidad de transformar el código en herramientas funcionales está definiendo la actual carrera tecnológica entre potencias.
En un contexto internacional tenso, donde la Casa Blanca prioriza la supremacía digital estadounidense, la rapidez con la que Alibaba ha posicionado su producto envía un mensaje claro: la batalla final no la ganará quien tenga el algoritmo más complejo, sino quien ofrezca herramientas de uso diario más eficientes. En este terreno, el gigante asiático ha demostrado que tiene mucho que aportar.
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