Kai-Fu Lee, máxima autoridad en inteligencia artificial
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A medida que la inteligencia artificial transforma la educación, Kai-Fu Lee advierte que los estudiantes no superarán a la IA en habilidades académicas. Propone una transformación radical en la enseñanza para evitar un futuro desolador.
En un futuro próximo, la inteligencia artificial (IA) promete revolucionar la educación, tal como lo imagina Kai-Fu Lee, un destacado exejecutivo de Google China y un influyente inversor en IA. En sus reflexiones, Lee enfatiza que los estudiantes no podrán superar a la IA en memoria y habilidades académicas si las instituciones educativas continúan evaluando estas capacidades de la misma manera. Advierte que, sin una transformación radical, el futuro de la educación será desolador.
El ecosistema educativo que describe Lee es complejo. La IA se convierte en una compañera del alumno, capaz de analizar su ritmo de aprendizaje con una precisión que un docente no puede igualar, especialmente en aulas con 30 estudiantes. Según Lee, la IA puede ofrecer ejercicios adaptados y detectar dónde un estudiante se atasca, avanzando solo cuando el tema es dominado.
Por otro lado, el papel del profesor humano no desaparece, sino que se reconfigura. Lee estima que los docentes pueden liberar entre un 40% y un 50% de su tiempo al dejar de corregir deberes y elaborar informes, permitiéndoles enfocarse en escuchar, guiar y motivar a sus alumnos. Sin embargo, esta transformación también plantea desafíos, como la posibilidad de exacerbar desigualdades y erosionar el vínculo humano que hace que la educación sea más que una simple transmisión de datos.
La preocupación de Lee radica en que, si la tecnología se implementa sin un criterio adecuado, aquellos que tengan acceso a los mejores sistemas avanzarán, mientras que los que no lo tengan quedarán rezagados. Además, se cuestiona qué sucederá con aspectos no cuantificables de la educación, como la creatividad y la ética, si la IA media todos los procesos de aprendizaje.
En su visión para 2041, Lee imagina un currículo que enfatiza la resolución de problemas complejos y el trabajo en equipo, en lugar de la memorización. Las escuelas deberán reorganizar sus horarios, evaluar de manera diferente y reentrenar a los docentes para garantizar que la IA no amplíe las brechas existentes.
La cultura educativa experimentará un cambio significativo, pasando de un modelo donde el profesor explica de manera uniforme a uno donde el docente interpreta los datos generados por la IA para personalizar el proceso de aprendizaje. La figura del alumno también se transformará, pasando de ser pasivo a explorador, acompañado por una tecnología que no se cansa ni juzga.
¿REALMENTE QUEREMOS UNA EDUCACIÓN DONDE LA HUMANIDAD SE PIERDA EN EL CAMINO HACIA LA TECNOLOGÍA?