Los ordenadores están cada vez más presentes en las aulas de Secundaria y con ellos los chatbots de IA como Gemini o ChatGPT
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La creciente presencia de ordenadores en las aulas de Secundaria, junto a chatbots como Gemini y ChatGPT, ha generado preocupaciones sobre su impacto en el aprendizaje, evidenciando distracciones y disminución en la concentración de los estudiantes.
Durante las últimas décadas, la tecnología ha transformado las aulas, desde las primeras salas de informática de los años noventa hasta la actual adopción masiva de portátiles y herramientas en línea. Sin embargo, esta evolución no ha garantizado mejoras en el aprendizaje. Investigaciones recientes sugieren que el uso indiscriminado de dispositivos tecnológicos puede estar deteriorando la educación en lugar de beneficiarla. La psicóloga Jean M. Twenge ha señalado que la decisión de proporcionar a cada estudiante su propio dispositivo, inicialmente vista como un avance, ha resultado contraproducente.
Los datos internacionales respaldan esta afirmación, mostrando que los jóvenes de 15 años han alcanzado mínimos históricos en matemáticas, lectura y ciencias en países que tradicionalmente lideraban los rankings educativos, como Finlandia. Los estudiantes finlandeses admiten pasar alrededor de 90 minutos diarios distraídos con sus dispositivos durante la jornada escolar. En contraste, Japón mantiene un rendimiento estable con solo 30 minutos dedicados al ocio digital en clase.
Los ordenadores, aunque diseñados como herramientas de aprendizaje, presentan un potencial distractor similar al de los teléfonos inteligentes, pero con una legitimidad institucional que los hace aún más problemáticos. Muchas escuelas fomentan o exigen su uso continuo, lo que agrava la situación. Un estudio de 2016 en la Universidad Estatal de Michigan reveló que los estudiantes pasaban el 40% del tiempo en clase navegando en redes sociales o viendo videos, en lugar de concentrarse en el contenido académico. Además, un metaanálisis de 24 investigaciones de 2018 mostró que los estudiantes que toman notas en ordenador tienen un 75% más de probabilidades de suspender en comparación con aquellos que escriben a mano.
La investigadora Twenge no aboga por un rechazo total de la tecnología, sino por una re-evaluación de su rol en la educación. Propone establecer límites claros y objetivos definidos para que las herramientas digitales sean aliadas en el aprendizaje, evitando que su uso indiscriminado se convierta en un lastre para la generación actual de estudiantes.
¿QUIÉN DIJO QUE LA TECNOLOGÍA SIEMPRE ES LA RESPUESTA?